PERIODISTAS QUE SOBREVIVIERON A “EXPLOSIÓN DE LA PROFESIÓN” Y SURFEAN “EL CAMBIO DE ÉPOCA”

Su nombre es Carla Jaque nació en Buenos Aires en 1963 y diez años después de haber estudiado periodismo en la capital argentina, se instaló en Río Grande-Tierra del Fuego para trabajar en el diario TIEMPO Fueguino y casi en forma paralela también, en un programa de televisión que salía una vez a la semana y según las más altas autoridades de la política fueguina admitieron que “siempre sentían miedo de ser convocados por Jaque, por lo intimidante que podían ser sus preguntas”.

Es importante contar que a partir de las declaraciones que hacían los funcionarios públicos durante las entrevistas en el programa televisivo, al día siguiente se veían plasmadas en el medio gráfico que en varias ocasiones ocuparon la primera plana.

Si bien en 1990 aparece internet en el mundo para tomar un papel esencial en los medios de comunicación, en la isla sureña la lógica de la información seguía siendo “vertical” y si algún vecino tenía algo que decir, sencillamente se acercaba al canal de TV, al diario o la radio.

Julio Gómez nació en 1970 en Santa Fe, se desempeñó por años como redactor en el Diario Uno de esa provincia, hasta la crisis del 2001. Allí, realizó notorias coberturas de horrorosos conflictos y también tuvo el privilegio de entrevistar a grandes personalidades, incluidos presidentes de Argentina.

Sin embargo, “la explosión de los medios” provocó que “los redactores estemos en el hilo más fino, porque los diarios indicaban que necesitaban más fotógrafos y menos texto. Asique con sindicatos o no de por medio, nos fueron despidiendo a los más viejos”. Cabe mencionar que en ese momento, ya había sitios en internet “dónde aquello que era noticia debía ser subido de manera inmediata, y yo venía de una época donde sacaba fotos y hacía la entrevista-relató Gómez-, luego llegaba a la redacción, para iniciar con el desgravado y más tarde, el armado de la nota”.

Meses más tarde se instaló en Ushuaia-Tierra del Fuego para desempeñarse como jefe de redacción en TIEMPO Fueguino, el medio líder de la provincia, pues su dueño pertenecía a la órbita política y si bien la salida era de lunes a sábados, cuando había publicidades bancarias o del Estado, se hacían salidas excepcionales los domingos.

Julio recordó que “hacíamos lo posible para que el cierre de edición sea a las 18 horas, pero siempre dejábamos lugar en tapa y esperábamos que sean las 22, por si pasaba algún incidente de tránsito o la muerte de alguna persona importante. La tapa era lo último que se imprimía, y dejábamos en interior un lugar para ampliar la noticia”.

Teniendo en cuenta las palabras de Ignacio Ramonet, tal vez fue en ese momento donde el modelo de negocio fue cambiando, porque dejaron de tener lugar los trabajos de investigación y las entrevistas periodísticas que tanto inquietaban a determinados sectores, para dar lugar a las notas de color, referirse a la promoción del destino turístico y la aparición de las gacetillas de prensa, donde era una condición que los periodistas trabajen con correos electrónicos y teléfonos móviles.

El autor se refiere a la “explosión del periodismo” como los medios tradicionales versus los medios digitales. Un fenómeno donde “aparece la digitalización, acceso gratis a internet y sin lugar a dudas, esto provocó la caída abrupta de la prensa papel”.

En concordancia con la explosión mundial, TIEMPO Fueguino también optó por retirar los ejemplares de los kioscos, dejar de cobrarlo y realizar una distribución gratuita en los Concejos Deliberante, intendencias de las tres ciudades, Legislatura Provincial, despacho del gobernador y algunas emisoras de radio, un año más tarde retiró los ejemplares en papel por completo.

“Decenas de personas quedaron sin empleo, desde canillitas, la repartidora que llevaba los diarios desde la imprenta en Río Grande a Ushuaia y Tolhuin, como así también algunos compañeros como yo, que se resistían al retroceso informativo y avance de la digitalización” relató Carla, en el canal me habían dicho que “el formato que buscaban era entretener y no tan formal, con lo cual quedó claro que me tenía que ir”.

“Asiqué eso tuve que hacer, irme de estos dos medios, al principio tuve una resistencia tan grande y dolorosa porque sentía que había dado todo y me retiraba del periodismo, pero que aún me quedaba mucho más por dar. Entonces, hablando con otros colegas que pasaban por la misma situación decidimos poner un programa de radio que saliera también en internet, y más tarde nos animamos a las aplicaciones de celulares, donde la prioridad era escuchar a los vecinos, y ¡podía pasar cualquier cosa! Pero el objetivo no era entretener, sino darles la palabra o la voz a aquellos que no la tenían” precisó Carla, ahora sí, entendiendo la lógica de “la información horizontal”.  

“En la actualidad, los internautas siguen buscando el acceso a los medios de comunicación tradicionales, donde el 67 porciento consumen sitios oficiales de internet y el 33 porciento consume agregados de Google news, yahoo news”.



 

“Una época de cambios o un cambio de época”

 

Ambos coinciden con José de Sousa Silva, quién en su taller “Introducción a la problemática del mundo contemporáneo” indica que “nos enfrentamos a un cambio de época con avances tecnológicos y también a transformaciones sociales, políticas y culturales”.

“Pero no hay que dejar de lado, que en ese contexto también esta ´la ética periodística´” mencionó Julio, quién admitió que “en el ritmo acelerado de querer adaptarme a las nuevas tecnologías o me volvía a quedar sin trabajo, caí en la necesidad de tener que redactar Facke News, porque el objetivo era claro; controlar las masas.

Y sencillamente, esta vez no lo cuestioné porque formaba parte de mi trabajo-continuó-. No me preguntes dónde fue, ya pasó y me pesó mucho. Y eso, que hasta hoy no sé hasta que punto fue un error, me permitió ver que la gente es responsable de creerse la mentira, por no fijarse en la fuente dónde toma esa información y no cuestionarse. No puede ser que nos creamos absolutamente todo sin tener una crítica ciudadana”.

Un dato no menos importante, es que el francés charles Havas fundó en 1835 la primera agencia de noticias en el mundo, sentaba sus bases de un sistema de negocio que durante decenas daños sería la más extraordinaria red de circulación de información. Él tenía 52 años y había instalado una pequeña oficina donde traducía notas de prensas de diarios extranjeros para diarios franceses, pero uno años después fue incorporando corresponsales en distintos lugares del mundo, les enviaban las notas por telégrafo. Él estaba cerca de correo porque no quería perder tiempo en recibir las buenas o malas noticias que en forma rápida las llevaba al gobierno y luego al resto del pueblo.

Julio considera que “ahora cualquiera se considera que es periodista por tener un celular en la mano. Es increíble pensar que ahora los diarios comunican a través de tik tok, Instagram, no lo puedo creer”. Mientras que Carla entiende que “la resistencia es la dificultad más grande para ejercer el periodismo, porque si bien siempre fuimos detrás de la tecnología hay que comprenderla como el contexto social del que formamos parte, básicamente para seguir yendo siempre en búsqueda de la verdad y saber la estrategia para informar y generar impacto”.

Con lo cual, ambos coinciden en que son sobrevivientes de la “explosión del periodismo” y protagonistas del “cambio de época”, si logran tener capacidad para adaptarse no solo a la tecnología sino a las necesidades que demandan las masas para seguir informando.

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